viernes, 2 de febrero de 2018

¡HASTA MÁS VER!



CARTA DE DESPEDIDA

Esta semana hemos formalizado mi renuncia al Comité de Empresa y la incorporación como representante de CGT en el Comité y Delegado Sindical de Juan Ramón Marco Jurado. Siendo una decisión tomada desde hace tiempo, los últimos meses no han hecho más que afianzarla y borrar cualquier atisbo de duda que pudiera presentarse en algún momento.

Los últimos acontecimientos que han tenido lugar a raíz de la firma del convenio, no viene sino a confirmar una línea que ha impuesto en la FDM el PSOE desde que llegó a esta concejalía y a la gerencia de este organismo. Ha sido una sucesión de acontecimientos desde el inicio de su gestión en la Fundación y que hemos ido explicando y denunciando en cada momento. Se nos ha tratado con una actitud impositiva en la relación con la parte social prácticamente desde el inicio. Ha sido realmente lamentable vivir en primera fila cómo desde un partido, que se dice progresista, se puede llegar a dirigir un ente público con tan poco acierto, falta de previsión y, al menos desde mi punto de vista, tan pocas ganas de hacer que esta institución mejore en todas sus vertientes.

Ha sido decepcionante cómo se ha utilizado la jerarquía y el poder (de un partido político de “izquierdas??”) para favorecer a determinadas personas (de “izquierdas??”), pero sobre todo, ha sido decepcionante comprobar cómo cada cual tiene su papel  en toda esta historia y cómo dicho papel se representa en cada momento, le pese a quien le pese.

Esta gestión nos ha llevado a la firma de un convenio pésimo para la mayoría del personal de fundación, que no ha tenido el respaldo de la MAYORÍA de plantilla en las asambleas convocadas, pero que da igual. Da igual porque aún así, ha sido apoyado por la “mayoría” del Comité de Empresa, en este caso, UGT e Intersindical. A pesar de los esfuerzos que hemos hecho el resto de secciones, CCOO, GT y CGT, no parece que haya servido de mucho. Los paros no han sido secundados, hay mucha gente que considera que no es necesaria una revocación del Comité de Empresa, y los grupos políticos escuchan pero no han fiscalizado aún la patética gestión que se ha hecho desde 2015. Seguimos esperando actuaciones y respuestas.

Todo esto, y los más de seis años que llevo en el Comité de Empresa de la FDM, me hacen ya plantearme otra manera de estar en esta empresa. Creo que el recorrido que yo podía hacer y lo que he podido aportar a la parte social ya lo he hecho, con lo cual, me voy con la tranquilidad de que en cada momento he actuado con unos criterios definidos  por nuestra sección y por nuestro sentido común, siempre teniendo en cuenta, eso, lo COMÚN como referente y no lo particular como camino. Estas actuaciones no siempre son bien entendidas por las personas y más si tenemos en cuenta la cantidad de diferentes realidades (e intereses) que tenemos dentro de una misma plantilla, a veces incluso dentro de una misma instalación.

Es realmente agotador el continuo enfrentamiento con la empresa, aunque se sepa desde el principio que es parte del juego. Este enfrentamiento viene siendo mucho más agotador desde que entró el PSOE, es lamentable pero es así. Dentro del Comité, es igualmente agotador ver como difícilmente se consigue un espacio de trabajo conjunto dado que se manifiesta con una claridad meridiana los intereses particulares, sindicales, empresariales, de la estación del año que corresponda, etc, contra los cuales es muchíiiisimo más agotador luchar. Puede que digáis, es parte del juego también, y sí, puede serlo en determinadas ocasiones, pero no tiene sentido  que sea siempre, y menos cuando hablamos de temas tan trascendentes para el futuro. Así jamás se conseguirá el beneficio de la mayoría del personal, únicamente el beneficio particular o sectorial, y CGT no está aquí para eso, y yo menos.

En el tema del convenio, que viene a ser el tema estrella últimamente, se han agotado ya todo tipo de vías para el diálogo con la empresa. Se han presentado escritos a diversas instituciones, se ha hablado con grupos políticos de todos los colores pero al final, la sensación es que la ESTRUCTURA DE PODER que rige la administración en general y la FDM en particular tiene más peso que la gente, y eso es así, porque la gente así lo cree, no porque sea verdad. Cuando hablo de estructura de poder, me refiero también a la estructura sindical, esa donde también se maneja “poder” por parte de algunos. Estos manejos van cambiando de color claro, pero no dejan de ser los mismos. Todo esto nos lleva a una situación que, salvando las distancias, tiene mucho parecido con la Indefensión Aprendida. Es la sensación que se vive ante las situaciones de maltrato de todo tipo. Es la sensación esa de parálisis absoluta en las situaciones que se suponen lesivas para la persona, la incapacidad de reacción ante situaciones injustas, el adoctrinamiento en la desidia, en el inmovilismo, en la impotencia, eso sí, con capacidad de crítica al otro/a por tiempo indefinido como única vía para expresar el malestar de la situación. 

Tenemos un trabajo en las instalaciones que no se caracteriza precisamente por las satisfacciones personales del trabajo bien hecho, por la valoración de las tareas, por un reparto equitativo en los puestos de trabajo, por una gestión eficiente por parte de los mandos,….que además, supone un desgaste físico considerable con el tiempo. Todo esto facilita que mucha gente no tengamos especial interés por mejorar nuestro espacio de trabajo, eso sí, críticas sí que nos surgen a todo el mundo y además a todos los niveles. Criticamos la persona que tenemos al lado, la del otro turno, los jefes, los sindicalistas, la empresa, etc.

Desde mi punto de vista creo que esto es un error si no va acompañado de algo más. Es como estar esperando siempre a que venga alguien de fuera a que nos solucione nuestros problemas en el trabajo. En todos estos últimos meses, hemos intentado hacer lo más participativo posible todo el proceso de negociación que ha habido. Al final, la única vía de participación mayoritaria, la asamblea, se ha quedado en agua de borrajas. Se ha firmado un convenio en contra de la mayoría de la plantilla. ¿Y qué ha pasado después? NADA, absolutamente NADA.  

Es obvio que no todo el mundo está en contra de lo que se ha firmado, pero también es obvio que se han hecho mal las cosas, muy mal. Se ha creado una división en el propio Comité, pero no sólo, en la plantilla también, y costará de superar. Y esta situación, ¿a quién interesa? ¿Quién se beneficia de que no exista una plantilla unida? ¿Y quién sale perjudicado/a? El eslabón más débil de nuestro sistema, siempre es así. 

Nuestra situación no deja de ser un paralelismo con la situación en la sociedad en la que vivimos. Pretendemos un modelo en el que únicamente nos pidan opinión una vez cada cuatro años y el resto del tiempo no asumimos ninguna responsabilidad para fiscalizar qué se hace con nuestro voto, con nuestro dinero, y al final del todo, con nuestra vida. Asumimos lo que nos llega pensando que total, NO SE PUEDE HACER NADA MÁS. Esto no es verdad. Siempre se puede hace algo más, pero es una creencia general que no olvidemos, se puede cambiar.

CGT surgió como un proyecto ilusionante que se planteó como grupo de trabajo en el cual los cargos iban a ser rotativos para que todo el mundo supiera cómo se gestiona la FDM desde dentro. La rotación de cargos no se ha producido como proyectamos no  y la situación dentro del Comité de Empresa y con la empresa es sustancialmente desfavorable en estos momentos. UGT e Intersindical van a seguir teniendo la mayoría en el desarrollo de las futuras comisiones que se proponen en el nuevo convenio (que no hemos visto aún). La aportación que podemos hacer en esta tesitura es realmente mínima, tal vez lo más importante sea simplemente estar ahí.  Yo personalmente no estoy dispuesta a participar de unos foros que se han constituido a pesar de la opinión contraria de la plantilla. He perdido la confianza en la “buena fé” que pudiera existir en algún momento, la confianza en que se vaya a respetar de manera igualitaria a todas las partes con voz en el proceso y la confianza en que exista alguna posibilidad de unión sindical en esta legislatura. Todo ello, unido al cansancio de más de seis años, hace que ahora mismo necesite un relevo de mis funciones en el Comité de Empresa.

Creo que sería injusto para la trayectoria que hemos tenido CGT durante estos años (guste más o guste menos) seguir estando sin poder aportar nada nuevo, ni siquiera las ganas.
Somos más de 240 personas en la plantilla de la fundación. En teoría todo el mundo tiene su vida propia fuera de FDM (y si no la tiene, debería tenerla) pero todo el mundo pasamos unas cuantas horas al día de nuestra vida en el espacio FDM, sea el que sea. Creo sinceramente que a todo el mundo le debería interesar hacer un poco más justo, más agradable, más llevadero, más bonito o lo que se nos ocurra ese espacio en el que pasamos y vamos a pasar tantas horas al día y al final, tanto tiempo de nuestra vida.
La participación a nivel sindical no es lo que a mí más me llamaba la atención pero sí que era la única vía que se nos ofrecía para poder incidir en unos cambios en nuestro entorno laboral. Yo espero que mi participación dentro de CGT haya servido de algo a lo largo de estos años, a mí desde luego sí que me ha servido. Es una experiencia que, aunque no es nada agradable en muchas ocasiones, creo que todo el mundo debería experimentar alguna vez en su vida laboral. Además, hay que tomar conciencia de que es necesaria cuanta más participación, mejor. Eso supondría mayor pluralidad en los sindicatos, reparto de la responsabilidad y un conocimiento desde otro lugar de cómo funciona un organismo como la FDM.  

Esto funciona así, si alguien quiere cambiar algo, tendrá que hacer algo diferente, y si no se quiere hacer, nada cambiará.
                                                                                                        
                                                                                    Fdo.: Guaditoca Blanco Rojas.

¡Esto es todo amig@s!

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