CARTA DE DESPEDIDA
Esta semana hemos
formalizado mi renuncia al Comité de Empresa y la incorporación como
representante de CGT en el Comité y Delegado Sindical de Juan Ramón Marco
Jurado. Siendo una decisión tomada desde hace tiempo, los últimos meses no han
hecho más que afianzarla y borrar cualquier atisbo de duda que pudiera
presentarse en algún momento.
Los últimos
acontecimientos que han tenido lugar a raíz de la firma del convenio, no viene
sino a confirmar una línea que ha impuesto en la FDM el PSOE desde que llegó a
esta concejalía y a la gerencia de este organismo. Ha sido una sucesión de
acontecimientos desde el inicio de su gestión en la Fundación y que hemos ido
explicando y denunciando en cada momento. Se nos ha tratado con una actitud
impositiva en la relación con la parte social prácticamente desde el inicio. Ha
sido realmente lamentable vivir en primera fila cómo desde un partido, que se
dice progresista, se puede llegar a dirigir un ente público con tan poco
acierto, falta de previsión y, al menos desde mi punto de vista, tan pocas
ganas de hacer que esta institución mejore en todas sus vertientes.
Ha sido
decepcionante cómo se ha utilizado la jerarquía y el poder (de un partido
político de “izquierdas??”) para favorecer a determinadas personas (de “izquierdas??”),
pero sobre todo, ha sido decepcionante comprobar cómo cada cual tiene su papel en toda esta historia y cómo dicho papel se
representa en cada momento, le pese a quien le pese.
Esta gestión
nos ha llevado a la firma de un convenio pésimo para la mayoría del personal de
fundación, que no ha tenido el respaldo de la MAYORÍA de plantilla en las asambleas
convocadas, pero que da igual. Da igual porque aún así, ha sido apoyado por la
“mayoría” del Comité de Empresa, en este caso, UGT e Intersindical. A pesar de
los esfuerzos que hemos hecho el resto de secciones, CCOO, GT y CGT, no parece
que haya servido de mucho. Los paros no han sido secundados, hay mucha gente
que considera que no es necesaria una revocación del Comité de Empresa, y los
grupos políticos escuchan pero no han fiscalizado aún la patética gestión que
se ha hecho desde 2015. Seguimos esperando actuaciones y respuestas.
Todo esto, y
los más de seis años que llevo en el Comité de Empresa de la FDM, me hacen ya
plantearme otra manera de estar en esta empresa. Creo que el recorrido que yo
podía hacer y lo que he podido aportar a la parte social ya lo he hecho, con lo
cual, me voy con la tranquilidad de que en cada momento he actuado con unos
criterios definidos por nuestra sección
y por nuestro sentido común, siempre teniendo en cuenta, eso, lo COMÚN como
referente y no lo particular como camino. Estas actuaciones no siempre son bien
entendidas por las personas y más si tenemos en cuenta la cantidad de
diferentes realidades (e intereses) que tenemos dentro de una misma plantilla,
a veces incluso dentro de una misma instalación.
Es realmente
agotador el continuo enfrentamiento con la empresa, aunque se sepa desde el
principio que es parte del juego. Este enfrentamiento viene siendo mucho más
agotador desde que entró el PSOE, es lamentable pero es así. Dentro del Comité,
es igualmente agotador ver como difícilmente se consigue un espacio de trabajo
conjunto dado que se manifiesta con una claridad meridiana los intereses
particulares, sindicales, empresariales, de la estación del año que
corresponda, etc, contra los cuales es muchíiiisimo más agotador luchar. Puede
que digáis, es parte del juego también, y sí, puede serlo en determinadas
ocasiones, pero no tiene sentido que sea
siempre, y menos cuando hablamos de temas tan trascendentes para el futuro. Así
jamás se conseguirá el beneficio de la mayoría del personal, únicamente el
beneficio particular o sectorial, y CGT no está aquí para eso, y yo menos.
En el tema del
convenio, que viene a ser el tema estrella últimamente, se han agotado ya todo
tipo de vías para el diálogo con la empresa. Se han presentado escritos a
diversas instituciones, se ha hablado con grupos políticos de todos los colores
pero al final, la sensación es que la ESTRUCTURA DE PODER que rige la
administración en general y la FDM en particular tiene más peso que la gente, y
eso es así, porque la gente así lo cree, no porque sea verdad. Cuando hablo de
estructura de poder, me refiero también a la estructura sindical, esa donde
también se maneja “poder” por parte de algunos. Estos manejos van cambiando de
color claro, pero no dejan de ser los mismos. Todo esto nos lleva a una
situación que, salvando las distancias, tiene mucho parecido con la Indefensión
Aprendida. Es la sensación que se vive ante las situaciones de maltrato de todo
tipo. Es la sensación esa de parálisis absoluta en las situaciones que se
suponen lesivas para la persona, la incapacidad de reacción ante situaciones
injustas, el adoctrinamiento en la desidia, en el inmovilismo, en la impotencia,
eso sí, con capacidad de crítica al otro/a por tiempo indefinido como única vía
para expresar el malestar de la situación.
Tenemos un
trabajo en las instalaciones que no se caracteriza precisamente por las
satisfacciones personales del trabajo bien hecho, por la valoración de las
tareas, por un reparto equitativo en los puestos de trabajo, por una gestión
eficiente por parte de los mandos,….que además, supone un desgaste físico
considerable con el tiempo. Todo esto facilita que mucha gente no tengamos
especial interés por mejorar nuestro espacio de trabajo, eso sí, críticas sí que
nos surgen a todo el mundo y además a todos los niveles. Criticamos la persona
que tenemos al lado, la del otro turno, los jefes, los sindicalistas, la empresa,
etc.
Desde mi punto
de vista creo que esto es un error si no va acompañado de algo más. Es como estar
esperando siempre a que venga alguien de fuera a que nos solucione nuestros
problemas en el trabajo. En todos estos últimos meses, hemos intentado hacer lo
más participativo posible todo el proceso de negociación que ha habido. Al
final, la única vía de participación mayoritaria, la asamblea, se ha quedado en
agua de borrajas. Se ha firmado un convenio en contra de la mayoría de la
plantilla. ¿Y qué ha pasado después? NADA, absolutamente NADA.
Es obvio que
no todo el mundo está en contra de lo que se ha firmado, pero también es obvio
que se han hecho mal las cosas, muy mal. Se ha creado una división en el propio
Comité, pero no sólo, en la plantilla también, y costará de superar. Y esta
situación, ¿a quién interesa? ¿Quién se beneficia de que no exista una
plantilla unida? ¿Y quién sale perjudicado/a? El eslabón más débil de nuestro sistema,
siempre es así.
Nuestra
situación no deja de ser un paralelismo con la situación en la sociedad en la
que vivimos. Pretendemos un modelo en el que únicamente nos pidan opinión una
vez cada cuatro años y el resto del tiempo no asumimos ninguna responsabilidad
para fiscalizar qué se hace con nuestro voto, con nuestro dinero, y al final
del todo, con nuestra vida. Asumimos lo que nos llega pensando que total, NO SE
PUEDE HACER NADA MÁS. Esto no es verdad. Siempre se puede hace algo más, pero
es una creencia general que no olvidemos, se puede cambiar.
CGT surgió
como un proyecto ilusionante que se planteó como grupo de trabajo en el cual
los cargos iban a ser rotativos para que todo el mundo supiera cómo se gestiona
la FDM desde dentro. La rotación de cargos no se ha producido como proyectamos
no y la situación dentro del Comité de
Empresa y con la empresa es sustancialmente desfavorable en estos momentos. UGT
e Intersindical van a seguir teniendo la mayoría en el desarrollo de las
futuras comisiones que se proponen en el nuevo convenio (que no hemos visto
aún). La aportación que podemos hacer en esta tesitura es realmente mínima, tal
vez lo más importante sea simplemente estar ahí. Yo personalmente no estoy dispuesta a
participar de unos foros que se han constituido a pesar de la opinión contraria
de la plantilla. He perdido la confianza en la “buena fé” que pudiera existir
en algún momento, la confianza en que se vaya a respetar de manera igualitaria
a todas las partes con voz en el proceso y la confianza en que exista alguna
posibilidad de unión sindical en esta legislatura. Todo ello, unido al
cansancio de más de seis años, hace que ahora mismo necesite un relevo de mis
funciones en el Comité de Empresa.
Creo que sería
injusto para la trayectoria que hemos tenido CGT durante estos años (guste más
o guste menos) seguir estando sin poder aportar nada nuevo, ni siquiera las
ganas.
Somos más de
240 personas en la plantilla de la fundación. En teoría todo el mundo tiene su
vida propia fuera de FDM (y si no la tiene, debería tenerla) pero todo el mundo
pasamos unas cuantas horas al día de nuestra vida en el espacio FDM, sea el que
sea. Creo sinceramente que a todo el mundo le debería interesar hacer un poco
más justo, más agradable, más llevadero, más bonito o lo que se nos ocurra ese
espacio en el que pasamos y vamos a pasar tantas horas al día y al final, tanto
tiempo de nuestra vida.
La
participación a nivel sindical no es lo que a mí más me llamaba la atención
pero sí que era la única vía que se nos ofrecía para poder incidir en unos
cambios en nuestro entorno laboral. Yo espero que mi participación dentro de
CGT haya servido de algo a lo largo de estos años, a mí desde luego sí que me
ha servido. Es una experiencia que, aunque no es nada agradable en muchas
ocasiones, creo que todo el mundo debería experimentar alguna vez en su vida
laboral. Además, hay que tomar conciencia de que es necesaria cuanta más
participación, mejor. Eso supondría mayor pluralidad en los sindicatos, reparto
de la responsabilidad y un conocimiento desde otro lugar de cómo funciona un
organismo como la FDM.
Esto funciona
así, si alguien quiere cambiar algo, tendrá que hacer algo diferente, y si no
se quiere hacer, nada cambiará.
Fdo.:
Guaditoca Blanco Rojas.
¡Esto es todo amig@s!
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