UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA
Pues
sí. Me llena de orgullo y satisfacción poder escribir estas líneas sobre unos
hechos que han acontecido últimamente en nuestra querida FEM. Así como publiqué
en este blog hace unos días una serie de situaciones cuando menos
prescindibles, debo decir que los hechos que nos ocupan en esta publicación
también deben ser mencionados y puestos en valor por cuanto de “deseables”
serían para nuestro desempeño. Voy con
ello sin más dilación.
Hace
poco, un mes creo o algo así, se produjo el nombramiento de una nueva directora
tras un procedimiento público de promoción interna como los que se vienen dando
últimamente. De este proceso, salió una nueva directora que, hasta ese momento,
había sido auxiliar de servicio durante unos cuantos años (no sé exactamente
cuánto pero más de 15 seguro). Pues bien, a esta persona le correspondió la
gestión de dos instalaciones, Nazaret y Malvarrosa. Nazaret ya sabemos todo el mundo cómo es: grande, con gran uso,
con muchas carencias y déficits que arrastran durante muchos años (ej.
Frontones vs palomas), etc. Podríamos decir que Malvarrosa pudiera ser más
“fácil” de gestionar pero la tesitura ha hecho que este traspaso de “poderes de
dirección” se diera en un contexto complicado para esta instalación, con una
avería eléctrica nunca vista y compleja de solucionar.
Pues
bien, con este panorama, esta nueva directora se ha puesto manos a la obra para
ponerse al día, conocer las instalaciones, organizar al personal, solucionar
problemas de infraestructura, iniciar una formación asociada al cargo, y seguro
que más cosas más de las que no soy conocedora. La cuestión es que se ha
valorado muy positivamente por las personas que trabajan con ella toda la
implicación y el trabajo que está llevando a cabo (y no sólo hablo de
auxiliares de servicio).
Y
claro, la cuestión es, ¿qué es lo que se valora realmente? ¿que haga su
trabajo? ¿que se preocupe por la instalación y sea responsable? ¿que organice
al personal? ¿que mantenga una comunicación fluida y constante con el personal
a su cargo o por encima de ella? ¿que esté en su puesto de trabajo? ¿que una
persona que acaba de asumir un cargo de responsabilidad después de muchos años
de auxiliar pueda transmitir ganas e ilusión por hacer bien su trabajo?¿que lo
haga bien? y, ¿por qué nos extraña que
esto pueda ser así?
Hay
que decirlo todo y es verdad que no conviene generalizar, y no lo hago,
creedme, pero nadie me negará que en el inconsciente
colectivo de la Fundación, el puesto de director/a ha conllevado unas
características coincidentes en muchas ocasiones. Sobre todo la sensación que
creo que hemos tenido casi todo el mundo en un momento dado de poco resolutivos
o poca presencia. Y que nadie se lleve a engaño. En esta empresa hay
inconsciente coletivo de todas las categorías, de auxiliares de servicio
también. En fin, no quiero quedarme en este artículo con eso porque estamos
hablando de la arena, no de la cal.
Así
que sí, mientras hay vida hay esperanza, se pueden hacer las cosas mejor y hay
que valorar y tener en cuenta cuándo se hacen mejor y quién las hace mejor para
reconocer ese esfuerzo. Creo que es una muy buena lección para toda la gente
que llevamos mucho tiempo en Fundación reconocer que el vaso puede estar medio
lleno y que el cambio sí puede venir desde dentro.
Fdo.:
Guaditoca Blanco Rojas.
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