viernes, 16 de noviembre de 2018

UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA


UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA


                Pues sí. Me llena de orgullo y satisfacción poder escribir estas líneas sobre unos hechos que han acontecido últimamente en nuestra querida FEM. Así como publiqué en este blog hace unos días una serie de situaciones cuando menos prescindibles, debo decir que los hechos que nos ocupan en esta publicación también deben ser mencionados y puestos en valor por cuanto de “deseables” serían para nuestro desempeño. Voy  con ello sin más dilación.

                Hace poco, un mes creo o algo así, se produjo el nombramiento de una nueva directora tras un procedimiento público de promoción interna como los que se vienen dando últimamente. De este proceso, salió una nueva directora que, hasta ese momento, había sido auxiliar de servicio durante unos cuantos años (no sé exactamente cuánto pero más de 15 seguro). Pues bien, a esta persona le correspondió la gestión de dos instalaciones, Nazaret y Malvarrosa. Nazaret ya sabemos  todo el mundo cómo es: grande, con gran uso, con muchas carencias y déficits que arrastran durante muchos años (ej. Frontones vs palomas), etc. Podríamos decir que Malvarrosa pudiera ser más “fácil” de gestionar pero la tesitura ha hecho que este traspaso de “poderes de dirección” se diera en un contexto complicado para esta instalación, con una avería eléctrica nunca vista y compleja de solucionar.
                Pues bien, con este panorama, esta nueva directora se ha puesto manos a la obra para ponerse al día, conocer las instalaciones, organizar al personal, solucionar problemas de infraestructura, iniciar una formación asociada al cargo, y seguro que más cosas más de las que no soy conocedora. La cuestión es que se ha valorado muy positivamente por las personas que trabajan con ella toda la implicación y el trabajo que está llevando a cabo (y no sólo hablo de auxiliares de servicio).
                Y claro, la cuestión es, ¿qué es lo que se valora realmente? ¿que haga su trabajo? ¿que se preocupe por la instalación y sea responsable? ¿que organice al personal? ¿que mantenga una comunicación fluida y constante con el personal a su cargo o por encima de ella? ¿que esté en su puesto de trabajo? ¿que una persona que acaba de asumir un cargo de responsabilidad después de muchos años de auxiliar pueda transmitir ganas e ilusión por hacer bien su trabajo?¿que lo haga bien?  y, ¿por qué nos extraña que esto  pueda ser  así? 

                Hay que decirlo todo y es verdad que no conviene generalizar, y no lo hago, creedme,   pero nadie me negará que en el inconsciente colectivo de la Fundación, el puesto de director/a ha conllevado unas características coincidentes en muchas ocasiones. Sobre todo la sensación que creo que hemos tenido casi todo el mundo en un momento dado de poco resolutivos o poca presencia. Y que nadie se lleve a engaño. En esta empresa hay inconsciente coletivo de todas las categorías, de auxiliares de servicio también. En fin, no quiero quedarme en este artículo con eso porque estamos hablando de la arena, no de la cal.
                Así que sí, mientras hay vida hay esperanza, se pueden hacer las cosas mejor y hay que valorar y tener en cuenta cuándo se hacen mejor y quién las hace mejor para reconocer ese esfuerzo. Creo que es una muy buena lección para toda la gente que llevamos mucho tiempo en Fundación reconocer que el vaso puede estar medio lleno y que el cambio sí puede venir desde dentro.

                                                                                                                  Fdo.: Guaditoca Blanco Rojas.
                 

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